jueves, 17 de diciembre de 2009

Poema de Kelly Gavinoser (copyright, 2009)

Esta noche de rebotes apagados
no ensancha los bordes del espejo
aún no me veo
todavía no me dibujo en centros
ni repito el mentón
sobre otro cuello
porque lo he descendido
cejijunta sobre el pecho cubierto de abalorios
(éstos me distraen
y salpican el blanco
de mi ojo
hermano)
baratijas donadas por horas banales
como huida de perros que se muerden la cola
(éstos me distraen
y salpican el ocio
infecundo)

Pero en eso el marco refracta su aliento metálico en el orillo
(y la otra pupila
busca el eje perdido
en el desierto)
se hace patrón de mi entrecejo y concentra su doble
no sea cosa que se pierda mi yo en la refracción del viento sur
y se torne contrario al porqué del reflejo
(cuesta trasponer la vereda
de lo opaco)
Esta noche de rebotes apagados
aún no me veo
no debo repetir el mentón
sobre mi cuello
debo despojarlo de abalorios
y (con las mismas yemas)
luego poblarlo con estrellas
en espejo.

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